Orlando, Fla. — Todos sabemos que el pasar del tiempo afecta nuestros cuerpos, incluyendo nuestro cerebro. Al llegar a los 60 podríamos experimentar falta de flexibilidad, fuerza y velocidad. Es importante tratar de continuar haciendo todas las cosas que te hacen ‘TU’ por lo tanto:
- socializar
- mantenerse activo y hacer todo el ejercicio posible
- alimentarse bien
- dormir suficiente
Piensa en tu cerebro como si fuese un músculo —si no lo mantienes activo, éste perderá su fuerza. Las conexiones en las células cerebrales que permiten que nos acordemos de las cosas, cambian con el tiempo.
Es altamente recomendable practicar juegos como los crucigramas y el Sudoku, al igual que leer libros y revistas para mantener nuestro cerebro activo de maneras entretenidas. Realiza proyectos que requieran planificación, como algún tipo de costura o el mantenimiento del jardín.
También podrías considerar aprender un nuevo idioma o instrumento musical.
Las proteínas y hormonas que mantienen nuestros cerebros funcionando, tampoco funcionan igual con el pasar del tiempo. Es importante reconocer la diferencia entre situaciones típicas de pérdida de memoria y algo que debas conversar con tu doctor.
Muchas cosas pueden causar problemas con la memoria. Muchas veces las personas se preocupan del Alzheimer u otros tipos de demencia. Esas son ciertamente una posibilidad, pero otras causas podrían estar envueltas, algunas de ellas con buena posibilidad de recuperación. Por ejemplo, podría ser falta de vitamina B12 que es clave para nuestro cerebro. Otras veces podría ser depresión, problemas con la tiroides o hasta tomar suficiente líquido.
Debes ver a tu doctor si algunas de estas señales de alerta te resultan familiares o afectan tu diario vivir — trabajo, pasatiempos y relaciones con otras personas. Ve a tu médico si si alguien cercano a ti cree que debes hacerte un chequeo, lo más probable es que sí necesites la asistencia médica.
Si se te pasan u olvidan los detalles
Lo común: Se te olvida que te ibas a encontrar con algún amigo pero luego lo recuerdas.
Señal de alerta: Se te olvidan prácticamente todas tus citas y preguntas constantemente a amigos y familiares los detalles una y otra vez. Se te olvidan eventos a los que has asistido recientemente o conversaciones que acabas de tener.
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Los números son un problema
Lo común: Cometes un error cuadrando tu chequera una que otra vez ( a todos nos pasa.)
Señal de alerta: Si los números te parecen un lenguaje extraño haciendo difícil seguir las instrucciones de una receta o manejar el presupuesto del hogar.
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No recuerdas las reglas
Lo común: Necesitas ayuda poniendo en hora el reloj del microondas o programar la grabación de alguno de tus programas favoritos. Te vas en blanco por un instante para recordar las reglas de algún juego que te gusta.
Señal de alerta: Cuando no puedes operar la estufa. Se te olvidan por completo las reglas de algún juego que has jugado o visto jugar por décadas.
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Dónde dejaste tus cosas
Lo común: Buscas en tus bolsillos, en la mesa de la cocina, en el auto. Repites la búsqueda en esos mismos lugares y de repente encuentras lo que estabas buscando.
Señal de alerta: Cuando colocas las cosas en lugares que no hacen sentido, por ejemplo, si pusiste tu teléfono en el congelador y/o culpas a otra persona de haberte robado tus cosas.
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Las fechas
Lo común: De vez en cuando tienes que detenerte a pensar qué día es hoy, pero te acuerdas.
Señal de alerta: Cuando la mera idea del tiempo es confusa. Sabes lo que está pasando ahora pero tratar de acordarte de algo que ocurrió la semana anterior o que ocurrirá mañana te deja en un limbo.
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Olvidas cómo llegaste a un lugar
Lo común: Caminas hasta la cocina y no puedes recordar por qué fuiste para allá o se te olvida ocasionalmente el nombre de la calle cuando le das la dirección a alguien. Te puede tomar unos segundos, pero recuerdas cómo llegar a esos lugares familiares.
Señal de alerta: No puedes encontrar el camino de vuelta a casa y te sientes confundido en lugares que conoces muy bien.
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No recuerdas cómo se llaman las cosas
Lo común: Se te olvidó el nombre de algo. Sientes que los tienes en la punta de la lengua, pero no puedes llamarlo por su nombre en ese momento.
Señal de alerta: Le pones nombres equivocados a las cosas, muchas veces nombres extraños como por ejemplo llamar una “cuchara” como “cama.” Te detienes en el medio de una oración y no tienes idea de lo que estabas diciendo. También si te da trabajo sostener una conversación.
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Aislamiento
Lo común: La mezcla de trabajo, familia y otras exigencias sociales te deja extenuado y deseando tener tiempo para hacer algunas cosas que te gustaría hacer.
Señal de alerta: No puedes mantenerte al día con las cosas que normalmente llevas a cabo. Tratas de librarte de tener que pasar tiempo con otras persona para no tener que abordar los problemas que estás enfrentando.
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Se te olvidan los nombre de otras personas
Lo común : Te vas en blanco tratando de acordarte del nombre de algún amigo o llamaste a tu nieto por el nombre de tu hijo sin querer.
Señal de alerta: No recuerdas el nombre de tu hijo.
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Olvidos en el cuidado personal
Lo común: Salir de prisa habiendo olvidado cepillarte los dientes.
Señal de alerta: Cuando no te acuerdas de cómo se hace. Si estás ya medio vestido y de momento encuentras confundido.
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Enfrentando la realidad
Lo común: Te preocupa tu memoria, pero tu familia no piensa que tengas algún problema.
Señal de alerta: Cuando tu familia está preocupada por tu problema de memoria pero tu no entiendes por qué. Más alerta aún si ni siquiera sabes lo que está pasando.